Desde hace muchos años el Hospital de la Princesa ha mantenido un importante compromiso en el uso racional de los hemoderivados y la implantación de las técnicas de ahorro de sangre en el paciente quirúrgico, con el único objetivo de evitar transfusiones a muchos pacientes y mantener hemoderivados disponibles para aquellos casos en los que la transfusión es inevitable.
El programa de autotransfusión con predepósito fue uno de los primeros de España y el primero de la Comunidad de Madrid. Aunque inicialmente se desarrolló por el Servicio de Hematología dentro del programa de transplante de médula, durante los años 80, pronto se comenzaron a incorporar a él procedimientos quirúrgicos con alto riesgo de sangrado. Durante tres décadas, muchos pacientes de Traumatología, Cirugía Maxilofacial y Urología se han beneficiado de la autodonación gracias a la buena coordinación de los servicios quirúrgicos en la programación de la intervención y el Banco de Sangre.
Desde finales de los 80, con la llegada del Dr. Duarte, Jefe de Servicio de Cirugía Cardiaca, se empezaron a realizar intervenciones en pacientes que rechazaban las transfusiones; lo que empezó siendo una aventura cardiaca, se convirtió en una forma nueva de entender y abordar la cirugía, con el objetivo fundamental del ahorro de sangre, en el convencimiento de que era lo mejor para los pacientes.
Se impulsó la cirugía sin sangre en el hospital durante los años 90; se incorporaron los recuperadores intraoperatorios (“cell saver”) en las intervenciones con circulación extracorpórea. Hoy en día, se utilizan de rutina en todas las intervenciones, tanto en la cirugía cardíaca como en la cirugía vascular mayor.
Impulsadas por el Servicio de Anestesia, posteriormente se comenzaron a desarrollar otras técnicas de autotransfusión como la hemodilución normovolémica y la recuperación de sangre intra y postoperatoria en la cirugía ortopédica. Estas técnicas se ofrecían inicialmente a aquellos pacientes que no cumplían criterios para entrar en el programa de autodonación con predepósito; de esta manera se podía garantizar la disponibilidad de sangre autóloga en la casi totalidad de intervenciones con alta prevalencia de sangrado.
El conocimiento científico, y la progresiva evidencia de los efectos secundarios asociados a las transfusiones sanguíneas, empezaron a preocupar a la comunidad científica internacional, y a la sociedad. Lo que empezó siendo como unas pequeñas islas en el territorio nacional, se fue extendiendo poco a poco.
La incorporación de la eritropoyetina en su indicación perioperatoria y de la ferroterapia intravenosa, hace más de diez años hicieron posible que se comenzaran a tratar los pacientes con anemia en el preoperatorio, herramienta fundamental en cualquier programa de ahorro de sangre.
Desde el año 2001, en el Hospital de la Princesa, existe una Consulta de Anestesia de Ahorro de Sangre, para todos los pacientes en los que se solicite, específica para la optimización de la hemoglobina en el preoperatorio y la planificación de la mejor estrategia de autotransfusión y ahorro de sangre en cada caso. Este modelo de consulta, a dia de hoy, todavía no existe en la mayoría de los servicios de anestesia del resto del país. Pacientes anémicos de cirugía ortopédica, cardíaca, maxilofacial, cirugía general (en especial cirugía oncológica de colon) han podido recibir de esta forma un tratamiento preoperatorio adecuado que ha evitado transfusiones innecesarias. Mientras que en la mayor parte de los hospitales de la Comunidad de Madrid la transfusión en pacientes quirúrgicos supone el 50% del consumo de hemoderivados del centro, en el hospital de la Princesa está cifra está en el 30%, gracias a la existencia del programa de conservación de sangre, individualizado a cada paciente.
La disponibilidad de todas las terapias alternativas a la transfusión y el haber realizado muchos procedimientos quirúrgicos sin necesidad de sangre, han hecho posible intervenciones en pacientes Testigos de Jehová. El Hospital de la Princesa acogió a este colectivo de pacientes cuando ningún hospital del sistema nacional de salud lo hacía, haciendo realidad muchos tratamientos quirúrgicos considerados “imposibles” y asumiendo traslados desde otros centros hospitalarios de dentro o fuera de la Comunidad de Madrid cuando así se solicitaba. Es centro de referencia nacional para este colectivo de pacientes. Cirugía cardíaca, con más de 100 intervenciones en todo tipo de patologías, el Servicio de Traumatología, con más de 150 intervenciones en pacientes testigos de Jehová en los últimos años, y el resto de los servicios quirúrgicos del hospital, han hecho un gran esfuerzo tanto profesional como personal para que estos programas salgan adelante, salvando todas las múltiples dificultades encontradas.
No debemos desaprovechar la inversión realizada.
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